Estamos cerrando una etapa en nuestro camino formativo, hemos recorrido hasta ahora las verdades de fe que Dios nos sugiere para vivir, hemos recibido el plan de Dios con nuestra vida, un plan que busca nuestro desarrollo como personas, que busca nuestra felicidad, la de los seres que amamos y la de todos los hombres. Un proyecto divino con el hombre que suena muy bien, pero que quizás es muy difícil vivirlo y es que el camino de realización humana no es fácil, debemos caminar cuesta arriba en esto de ser cristianos, ser apóstoles y hasta de ser verdaderamente humanos. Es un ejercicio cada día ubicarse en la fe, vivir nuestra vida desde Dios, guardando su palabra, creyendo que somos sus hijos, que nuestra vida vale mucho, que podemos amar como él amó, que nuestra vida no se acaba con la muerte, que Él vive en nuestro interior; que nuestra felicidad está en Él logrando llegar a ser como Él desde nuestra realidad y que estamos unidos inseparablemente pase lo que pase.
Por la dificultad de ser conscientes de estas realidades, de vivir en esta fe, esta semana hemos decidido recorrer el proyecto que Dios tiene con nuestra vida. Con el fin de tenerlo presente, de pedirle que podamos vivirlo y prepararnos para comenzar una nueva etapa en nuestro camino de formación.
LUNES: TU VIDA VALE AMOR.
Lo más pequeño y frágil suele valer mucho, es lo más preciado, lo más único, peculiar e incontrolable, tu vida es así única y peculiar, personal y no sólo material no se nos puede comparar con un objeto en serie, con un número, o con un animal porque un ser humano posee dimensiones que no tiene otro ser, tenemos presencia, estamos presentes y nuestra presencia no puede ser reemplazada por nada, cuando no estamos hacemos falta somos únicos por eso somos valiosos.
¿Quién no piensa que la vida y el amor son los más grandes valores que el hombre desde siempre ha buscado? ¿Quién no siente un inmenso deseo de vivir con intensidad su propia vida y de realizar todos sus sueños? ¿Quién no quisiera invertir el tiempo de su existencia en conquistar una vida grande? ¿Acaso no es la vida y el amor la identidad, origen, destino y esencia genuina y real de la persona humana? Necesitamos un amor que nos realice, alguien que no falte, ni defraude, ni muera.
Quién se acerca al Dios de la Vida, muy pronto comprenderá que su vida es un don, un precioso regalo, un tesoro valioso, un beso de Dios, un sueño de esperanza y un proyecto de trascendencia infinita. Al contacto con el Dios de la Vida cada hombre descubre que tiene una vida grande en sus manos (Eclo 30, 23), única, irrepetible, original, inédita; y si bien es frágil, breve y sometida a desconcertantes situaciones, nunca deja de ser una vida preciosa a los ojos de Dios (Is 43, 3). ¡Que grande es vivir! ¡Vive la vida! La mayor razón para vivirla la tiene quien da con el amor. Una vida sin amor no se explica; es como un pez fuera del agua, como un hueso fuera de lugar, como un cuerpo sin alma, como el rostro de un niño sin sonrisa. Pierde el sentido de la Vida quien pierde el Amor. No hay ideal más plenificante que el Amor (Jn 15, 13). Reflexiona: ¿Realmente crees que puedes ser feliz? ¿Te atreves a buscar la felicidad verdadera?
MARTES: NECESITAS EL ABRAZO DE UN PADRE
Funcionamos con afecto, nos mueve y nos da sentido, como lo hemos mencionado. Pero hay muchas realidades en las que no se nos ha brindado ese amor incondicional ¿cómo es posible entonces que seamos felices? Hay una posibilidad: es un Padre que nos ama con un amor sin límites, un amor que nos muestra con personas concretas como nuestra mamá, nuestro papá, nuestra abuelita, con nuestros hermanos, con nuestros amigos, con nuestra pareja. Todos aquellos que nos han amado bien a lo largo de nuestra vida y nuestra historia nos han mostrado parte de ese amor, pero en realidad es mucho más grande de lo que hemos percibido hasta ahora. Dios ha entregado a su hijo, se ha dado así mismo por cada uno de nosotros. (Jn. 3,16) No estamos solos, hay alguien que nos ama sin condiciones, hay alguien que sigue manteniendo nuestra vida, que provee lo que necesitamos. Pero es fundamental hacernos conscientes de esta realidad recibiendo su Palabra, dialogando con este Padre - Madre que nos ama.
“La razón más alta de la dignidad humana esté en su vocación a la comunicación con Dios. El hombre está invitado, desde que nace, a un coloquio con Dios, pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, debe su conservación a ese mismo amor, y no vive de verdad si no reconoce libremente ese amor y se entrega por entero a su creador”. GS 19 del Concilio Vaticano II. Todo hombre hecho por Dios y amado con un amor de padre inigualable no podrá experimentar la plenitud, la libertad y la felicidad si no se deja amar totalmente y entrega totalmente su vida a ese Padre.
Por nuestra fe, nos sabemos "pertenencia" del Padre, que nos creó, del Hijo que nos adquirió dándonos su vida en rescate, y del Espíritu, que nos mantiene: "Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor, pues de El somos" (Rom. 14,8). A El pertenecemos, y por eso "en Él nos movemos, existimos y somos" (Hch 17,28). Somos su propiedad personal, su más amada pertenencia (Ex 19,7). Reflexiona: ¿Percibo a este Padre que me ama en mi vida concreta? ¿Me siento pertenencia de ÉL? ¿Me siento acompañado en mis vivencias?
MIÉRCOLES: TU IDENTIDAD ES EL AMOR
Es Dios mismo que se nos regala a cada uno. Tanto nos ama nuestro PAPÁ DIOS que no sólo nos ha dado nuestra vida física, sino que se nos ha dado Él mismo, nos regala vida inmortal, eterna, su misma vida...; "preciosa", incorruptible. ¿Cuidamos este regalo? Normalmente, ¿qué cuidamos en nosotros? Nuestros cuerpo, psique, sentidos, sentimientos, inteligencia, libertad, voluntad..., lo que hoy es y mañana se acaba. Pero ¿cuidar El amor de Dios que nunca se acaba, su amistad estable y gratuita en mí, y en los demás...? ¡Qué poco! ¡Cuán escasamente gozamos de este regalo! ¿No es así? "Si conocieras el don de Dios" (Jn 4, 10).
Éste es el objetivo de nuestra vida orante, que podamos descubrir, valorar, gozar y vivir nuestra verdadera identidad, la que no se nos acabará nunca. No soy cualquiera... "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy" (Sal 2, 7). Tu Vida es Amor, eres Amor, ¿Te lo crees? Por poco que te lo creas, comunícalo, pues la fe se fortalece dándola. Es lo que el Espíritu Santo nos pide: lo que ores, por favor, comunícalo, dáselo a entender, gustar y vivir a otros... ¡Todo hombre tiene derecho a ser feliz! ¿Quieres ser puente hacia la felicidad, hacia Dios, para aquellos que han perdido su identidad?
Reflexiona: ¿Vivo valorando la vida y el amor por encima de todo? ¿Comunico tu vida a otros?
JUEVES: ERES LA CASA DEL AMOR
Mi verdadera identidad la descubro dentro de mí, no sólo soy hijo y, por tanto, con la misma identidad de Dios sino que soy su morada, su casa preferida. El anhelo de Dios es poder construir su casa. En el centro de la creación Dios construye la casa en la que quiere habitar: el hombre. La casa de nuestro encuentro. “Hagamos al hombre” (Gn 1,26).
Nuestro corazón está hecho para ser habitado, para estar lleno de personas, rebosante. Nuestro corazón es el lugar de nuestra primera familia, de nuestra primera comunidad. En el crearnos Dios se ha esmerado. Somos la casa en la que Dios iba a habitar (Jn 14,23) “La Trinidad en nosotros constituirá y formará el primer hogar, en el cual nacen a la vida los hijos de Dios, al calor vital de su amor” (C 54). Es el hogar en el que se van gestando y naciendo los discípulos a la vida de Dios.
Descubrir esa convivencia de Dios con nosotros es de muchísima fuerza, porque da lugar a una afectividad sana, equilibrada. Dios me hace su casa. No es el hombre el que le construye una casa a Dios: “¿Me vas a edificar una casa para que yo habite?” le dice Dios a David. “Yo te he tomado de detrás del rebaño, para que seas guía de mi pueblo. He estado donde quiera que has ido.” ¿Vas a edificarme tú una casa? (2 Sam 7,4-7).
Es Dios el que me hace su morada. Su delicia es la convivencia conmigo y con cada hombre (Prov 8,31). Reflexiona: ¿Convivo con la Trinidad en mi vida cotidiana? ¿Hago caso a su voz?
VIERNES: HAS NACIDO PARA AMAR
Tus palabras, Jesús, nos dejan ver la primera condición indispensable para poder amar: DEJARNOS AMAR POR TI, experimentarnos infinitamente amados, aceptados, asumidos por ti. El ejercicio vital de Amar como tú nos amas, no brota espontáneamente de nosotros, necesitamos tener dentro tu misma calidad de amor, estar colmados como lo estabas tú, del amor del Padre: "Como el Padre me amó, yo los he amado..." (Jn 15,9).
Sólo quien es totalmente de Dios puede ser totalmente para los demás, puede amar a todos sin distinción y sin medida, sólo un corazón exclusivo como el tuyo, Jesús, puede dar el Amor auténtico, sin mezclas ni adulteraciones.
"Yo no hago caso del favor de los hombres" (Jn 5,41). Jesús ¡cuánto necesitamos un corazón como el tuyo, siempre de cara al Padre, libre de la opinión de los demás! Muchos bloqueos e impedimentos a la hora de amar, de evangelizar, de prestar un servicio, tienen su raíz, en que nos pesa demasiado la mirada humana, nos obsesiona la aprobación de las Personas. Vivir para agradar a los demás no solamente es algo asfixiante sino que nos saca del seguimiento, nos incapacita para vivir plenamente el ejercicio de Amar: "¿o es que intento agradar a los hombres? si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo" (Gal 1,10).
Jesús, enséñanos a desintoxicarnos de la gloria de los hombres, a vivir de tu mirada, de tu aprobación, sin la zozobra y el nerviosismo, fruto de vivir pendiente de lo que piensa la gente. Sólo desde esta libertad de corazón, desde este amor exclusivo, podremos vivir tu mandamiento nuevo, amar como somos amados, dejar que ames a nuestros hermanos a través de nuestras vidas, hasta que todo nuestro ser sea instrumento vivo de tu Amor. Concédenos un corazón puro, sereno como el tuyo, que esté lleno del deseo de Dios, desde esta transparencia podremos amar al mundo contigo y como tú y nuestro amor alcanzará la máxima fecundidad y proyección.
Reflexiona: ¿Pongo los medios para captar el amor de Dios? ¿Busco la valoración de Dios o de los hombres?
SÁBADO: TU MISMO ERES CRISTO
Todo este ideal se resume en la vida de un hombre concreto Jesús de Nazareth y la tarea principal de nuestro seguimiento es llegar a transformarnos en Él. Pero en este proceso de transformación es necesario situarnos en la realidad personal y no partir desde el ideal, hemos nacido cargados de toda la potencia para alcanzar el desarrollo y realización del plan de Dios, hemos nacido destinados a reproducir a Jesús el Hijo de Dios. Ahora nuestra cultura, nuestra historia es una marca que agiliza o hace lento el proceso que hemos emprendido. Hemos de ser concientes de nuestras fortalezas, de nuestras cualidades, de nuestros deseos, también de nuestros límites, debilidades, impedimentos y miedos. Se precisa conocer nuestra forma de actuar y aquello que culturalmente nos caracteriza, conocer nuestra manera de expresar sentimientos y de hacer crecer nuestras amistades, lo que significa vivencialmente para nosotros el servir, el amar, el perdonar, el pecado, la virtud, el amor. Lo que suena en nuestra mente al escuchar la palabra familia, papá, mamá, confiar, verdad, amistad. Conocer nuestras reacciones ante la ofensa, ante el halago, ante el peligro, conocer nuestros límites para marcar fronteras, en definitiva poder responder desde lo humano quien soy y no que tengo que ser. Toda nuestra vida es la materia prima con la que Dios hace el proceso de transformación. Nuestras cualidades son un don, nuestros defectos impulso y punto de trabajo, nuestras heridas curadas son sanación para muchos, nuestras debilidades no recuperables son motivo de humildad, de sabernos humanos en camino y en las manos de Dios. Con estas citas podemos orar: Mt. 25,14-30 / Is. 49,1-13 Jer. 15,16-21. Reflexiona: ¿Conoces las fortalezas que tienes para ser como Jesús? ¿Conoces las debilidades que te impiden ser como Él?
FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO. 10 -16 Octubre 2010.
Martes 12 Octubre 2010 Experiencia de Oración nuevos
Domingo 17 de Octubre Bingo Café Kairós. Domund 2010.
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