lunes, 28 de febrero de 2011

USTEDES SON DE LA FAMILIA DE DIOS (Efesios 2,19)


Al comenzar esta semana seguimos profundizando en las bases que sostienen la organización y consolidación de esta realidad que hemos recibido por puro amor: la Familia Verbum Dei. Nuestro nombre propio nos ayuda a acercarnos a lo que profundamente somos: una familia. Una familia cimentada en la Palabra de Dios (Cf. Ef. 2,19). Una familia donde se ora y se enseña vivencialmente a orar, esa es nuestra comunidad: una familia, y por ello vale la pena profundizar nuestra esencia.

LUNES: verbum dei como familia de dios

El Verbum Dei es una forma nueva. Una forma nueva de ser iglesia que ha recibido un regalo del Espíritu Santo para la humanidad. Una humanidad que se va perdiendo en el hacer,  olvidando lo principal lo que es. Muchas estructuras surgen del hacer y por tanto las relaciones se vuelven funcionales perdiendo la riqueza del estar como hermanos de fe, de ser familia.
Esta inquietud la manifiestan los obispos de África frente a sus comunidades:
El Sínodo no sólo ha hablado de la inculturación, sino que también la ha aplicado concretamente, asumiendo como idea-guía para la evangelización de África la de Iglesia como Familia de Dios. En ella los Padres sinodales han reconocido una expresión de la naturaleza de la Iglesia particularmente apropiada para África. En efecto, la imagen pone el acento en la solicitud por el otro, la solidaridad, el calor de las relaciones, la acogida, el diálogo y la confianza. La nueva evangelización tenderá pues a edificar la Iglesia como Familia, excluyendo todo etnocentrismo y todo particularismo excesivo, tratando de promover por el contrario la reconciliación y la verdadera comunión entre las diversas etnias, favoreciendo la solidaridad y el compartir tanto el personal como los recursos de las Iglesias particulares, sin consideraciones indebidas de orden étnico” (Cf. Ecclesia in Africa. Nº 63 )

MArtes: familia de acogida

Ser familia es entrar en la realidad de una comunidad que se ejercita en un corazón que brinda acogida, es decir que brinda recibimiento, hospitalidad, que ofrece a una persona un lugar un ambiente donde hay aceptación de todos sin distinciones de ningún tipo.
San Pablo lo recuerda a sus comunidades de fe: Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios” (Romanos 15,7)
Preguntémonos hoy: ¿Siento en mi comunidad de fe este ambiente de acogida? ¿qué pido? ¿qué me invita Dios a  poner?

Miércoles: familia de diálogo

En una familia la acogida se va apoyando en otra actitud: el diálogo. ¿Cuánta riqueza, libertad y ánimo surge de un diálogo sincero de corazóna corazón? El diálogo no es sólo de ideas es de afectos, es integrador pues considera la persona completa, pues toda ella es importante.
En la familia cada persona es única y está puesta para bien de una comunidad. Señor ¿Cuándo dialógo en comunidad? ¿espero estar al borde de estar para hablar y esponer mi situación, ideas y sentimientos? Señor ayúdanos a recordar estas palabras: “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección” (Colosenses 3,12-14)

jueves: familia de confianza

Ser feliz en una familia tiene mucho que ver con la confianza, una confianza que me introduce en la sencillez del  trato habitual y en el conocimiento profundo del otro. La confianza me ayuda a ser yo, con toda naturalidad y desenvoltura, no ser lo que otros quieren o creo que quieren que sea. ¿En la comunidad experimento confianza?¿me siento libre de expresar ideas y sentimientos? Sinceridad es el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza” (Gálatas 5,22)

viernes: familia al calor de las relaciones

El Verbum Dei como familia de fe hace visibre el amor: “Amense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos” (Romanos 12,10) Un amor que ve posibilidad y donde hay un ambiente de muchas personas que enre si ponen todo lo que tienen: sus dificultades y problemas pero también sus esfuerzos y capacidades.
Pablo a su comunidad de Roma le hace conciente de ese ambiente de familia, donde hay muchas experiencias compartidas no ha distancia sino labradas en el día a día. En la carta a los romanos capítulo 16 nos dejas Señor una forma cálida de relacionarnos donde lejos de funciones hay personas, hay nombres, hay historias:

Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencreas, para que la reciban en el Señor, como corresponde a los santos, ayudándola en todo lo que necesite de ustedes: ella ha protegido a muchos hermanos y también a mí.  Saluden a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa. No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes; Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo (…)Saluden a Rufo, el elegido del Señor, y a su madre, que lo es también mía (…)En todas partes se conoce la obediencia de ustedes, y esto me alegra; pero quiero que sean hábiles para el bien y sencillos para el mal (…) También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto (…) ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad”

sábado: familia de solidaridad

Una familia que vive la acogida, el diálogo, la confianza y el calor de las relaciones es una familia que puede vivir profundamente la solidaridad, una soldaridad que nace de sentir como mías las alegría y las tristezas de aquellos que Dios ha puesto cerca de mi. No es con imperativos de orden lógico que nace la solidaridad, pues esta nace del amor.
La solidaridad en las necesidades formativas, económicas, en los servicios de la comunidad es la concreción de un amor que se vive:  “Nosotros, los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no complacernos a nosotros mismos. Que cada uno trate de agradar a su prójimo para el bien y la edificación común. Porque tampoco Cristo buscó su propia complacencia, como dice la Escritura: "Cayeron sobre mí los ultrajes de los que te agravian". Ahora bien, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús. Para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 15, 1-6)

FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO
28 febrero- 5 de marzo 2011
Pre-pascua: 5-8 Marzo 2011.
Facebook: Verbum Dei – Barquisimeto
0251-2737625

lunes, 21 de febrero de 2011

YO ESTOY EN MEDIO DE LA FAMILIA, COMO EL QUE SIRVE (Lucas22, 27) “Hagan ustedes también lo mismo” (Juan 13,15)



LUNES: Jesús SABÍA que DEL PADRE HABÍA VENIDO Y AL PADRE VOLVERÍA
En este momento, que grande sería que cada uno reconozca su Proyecto personal de Vida, como un Proyecto que ha salido de las manos del Padre (Juan 13,3), como el deseo del Padre de que nuestra vida tenga un rumbo claro, un hacia donde, unas áreas a trabajar, unos tiempos minimos establecidos, un horario, unas metas y prioridades, actitudes y valores internos a trabajar, todo esto sin desanimarnos, sabiendo que desde antes que nos planteeemos este Proyecto, Dios ya ha trabajado, ha invertido tiempo, dedicación, personas, padres, hermanos, familiares, amistades, profesores, etc, por eso sería bueno que en este tiempo nos paremos cada uno a reflexionar del Plan de Dios sobre nuestras Vidas, lo que ya hemos recibido y tenemos, como dones y talentos, y lo que aún nos faltaría caminar.
Y como Familia, queremos que personal y comunitariamente podamos mirar y orientar nuestra vida, hacia donde Dios mira, hacía el Plan de Dios, hacia lo que él ha deseado y ha soñado con nuestra Familia Misionera, por eso les invitamos a que juntos reconozcamos el Paso de Dios en todo este camino recorrido, por ello la historia es muy importante, para ver los pasos que se han dado, lo que tenemos hasta el día de hoy, lo que hemos logrado alcanzar, nuestros aciertos y desaciertos, luces y sombras, y luego a través de los signos que Dios nos da, orientar y reorientar nuestro caminar hacia el sueño que Dios tiene con nuestra Familia.
En este momento como familia reconocemos, que según el proceso ciclico que lleva todo movimiento de inicio, configuración y expansión, notamos que hemos propagado la fe, hemos crecido, y por eso mismo tenemos la necesidad primordial de configurarnos, es decir crear unos cauces de comunión en bien de la misión que se nos confía, para así poder expandirnos de manera armónica y organizada, con unos objetivos bien claros y con unas temáticas propuestas.

MARTES: JESÚS SE LEVANTO DE LA MESA (Juan 13,4)
Al iniciar nuestro Proyecto personal y comunitariamente, necesitamos poner en práctica esta actitud de levantarnos, de quitar el desánimo o pesimismo fruto de que ya lo he intentado otras veces y no hemos podido, necesitamos volver a mirar a un Dios que sigue creyendo y apostando por nuestra vida, un Dios que aunque la vasija de barro se haya roto, vuelve a empezar con nosotros, hasta hacer algo mejor que lo que había pensado hacer al principio (Jer. 18,1-6)
Que hermoso es ver a un Dios que vive pendiente de nosotros, creando y recreando nuestras vidas, un Dios que cuenta con nuestra libertad personal, contamos con un Dios que el mundo y nuestra vida no se le ha escapado de sus manos, aún cuando hubiera mucho de cizaña sembrada en nosotros (Mateo 13, 24-30), tenemos a un Dios que no se desánima, ni se arrepiente de habernos creado, sino que más bien, con ilusión espera el día y la hora que por amor a Él y a nosotros mismos, nos levantemos con la confianza puesta en manos de Dios, y nos decidamos a Amar, entregar nuestras vidas por el logro de nuestras metas personales y comunitarias.
En este tiempo Pascual venidero, conviene contemplar al Amor en sus caídas, cuántas veces cayo y cuántas veces por amor a nosotros, tuvo que levantarse al incio, durante y al final de su recorrido a dar la vida hasta el final, y todo para que en nuestras caídas aprendamos a levantarnos con Él.

MIÉRCOLES: SE QUITÓ EL MANTO (Juan 13,4)
En este gesto de Amor, Jesús voluntariamente se despoja de sus vestiduras (Filip. 2,7), de su investidura de Hijo de Dios, Rey y Señor, para tomar la forma de Servidor. Ante esto que diremos, se trata de aprender  a desprendernos de aquello que no nos deja ser y vivir en nuestra Familia Misionera, es un cambio de en nuestra forma de vernos, se trata de despojarse de ataduras, como la vanidad, las riquezas, títulos, honores, placeres, ocio, etc, se trata de abrirme a una nueva forma de ser y estar en la Familia y en medio del mundo, por eso “Effeta” (Mc 7, 34), ábrete, abre tu mente y tu corazón a una forma nueva de vivir, ábrete a servir en medio de la familia, quita de ti todo aquello que te condiciona, quita aquello que te ata, y no te deja compartir. No mires los compromisos que vas a asumir, ni el tiempo que vas a invertir, sino más bien mira, como todo lo que tienes y has recibido, aquellos dones y talentos, podrían estar al servicio de nuestra Familia Misionera, se trata de personas que amen a Dios y a nuestros hermanos, y se dispongan a servir con sencillez en nuestra Familia Misionera. Es muy distinto ver a un servidor desde su profesión de Ingeniero, Médico, Contador, desde su llamada a ser Discípulo, y Misionero, que se despoja de todo, para disponerse a servir. Conviene, por ello, contemplar a Jesús, que luego de ser despojado de sus vestiduras, le dan una capa de Rey (Mc.15, 17), que viene a ser el signo y resumen de la vida del Rey que nació en un pesebre, del Rey que entró a Jerusalén en un burrito, Rey cuando es tomado preso, cuando es golpeado y abofeteado, Rey cuando al final le despojan de todo y cuando muere en la Cruz, en definitiva por Amor, en toda su vida no le importó el que dirán, sino al contrario se despojó de su Ser Dios y dedicó toda su vida al Servicio de sus hermanos.

JUEVES: SE CIÑO LA CINTURA… Y SE PUSO A LAVARLES LOS PIES (Juan 13,5)
No basta despojarnos de nuestras vestiduras, sino disponerse a servir, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve (Lucas 22,27)
Cuántas veces nos cuesta disponernos a servir, orientar toda nuestra vida al servicio de Jesús que nos ha llamado, y al servicio de nuestros hermanos, se trata de disponerse, de ceñirse personal y voluntariamente sin que nos empujen, de mover nuestra voluntad hacia lo que Dios quiere, y lo más impresionante no es sólo que te pongas a servir, sino que te pongas como él lo hizo, a los pies de los demas (Juan 13,5), más que siervo, como un esclavo.
Que todas nuestras opciones personales y comunitarias, sean con el fin de disponerse a servir, por ejemplo si hago una maestría, un seminario, curso, o simplemente pago una suplencia, que todo sea con el fin de ponerme a servir a los pies de mis hermanos.
Servir desde los talentos y capacidades que Dios me ha dado, sin que ello me haga sentir mayor que los demás, servir con alegría en cada una de las responsabilidades que se me encargan, servir como opción de vida, servir siempre y en todo lugar.
Que grande es sentir, que el gesto del lavatorio de los pies, es una realidad que la puedes vivir para toda la vida, en una convivencia, en un retiro, en una escuela de la Palabra o de apóstoles, en tu casa, en la universidad, en tu trabajo. Servir la Palabra con todo mi ser y limpiar el corazón de mis hermanos, debería ser la Pasión de nuestra vida, al punto que cuando estes lavando los pies, te sientas que ya desde hace tiempo, estabas deseando compartir esta Pascua con ellos.

VIERNES: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?" (Juan 13,6)
La actitud de Humildad, no sólo se le pide al que sirve, sino también al que es servido, se le pide como a Pedro, que se deje lavar los pies, que se deje ayudar, y que quite actitudes de prepotencia o soberbia, que no estemos todo el tiempo diciendo que me va a decir este a mi, que me va a tener que enseñar, eso ya me lo sé, o también actitudes de no aceptación de las responsabilidades que se le dan a otro, diciendo todo el tiempo, ¿Porque no me lo dieron a mí?, a mi nunca me toman en cuenta, y muchas veces aportando negativismo y a veces comentarios que sólo llevan a la división.
En todo esto, hay que hacer un camino de aceptación de nosotros mismos, de lo que puedo realizar y de lo que no estoy en capacidad de hacer, sin que esto signifique ser mayor o menor que los otros.
En este camino es mirar a Jesús, que desde el principio de su vida, para venir a este mundo se hizo necesitado de una madre, y luego a sus 12 años cuando ya tenía conciencia de su Ser Hijo de Dios, se fue con sus Padres y continuo obedeciendo, más adelante cuando inició su misión escogió a 12, para luego confiarles el deseo de llegar a todos, y es más en el camino al calvario, se dejó ayudar por el cirineo, y en la misma cruz y la eucaristía siendo Dios se hace necesitado de nosotros y nos grita: Tengo Sed de ti (Juan 19,28), sed de personas que quieran y se apasionan por llevar mi extremo de amor a toda la humanidad.

SÁBADO: "Si yo no te lavo, no SERÁS PARTE MIA" (Juan 13,8)
El fin de lavar los pies y dejarse lavar los pies, entre unos y otros es entrar en un camino de comunión, de ser partícipes de un mismo camino, de estar de acuerdo con todo lo que en comunidad vamos proyectando, y así sentir como las primeras comunidades de los creyentes, “Que todo lo tenían en común, la multitud de los creyentes, tenían un solo corazón, una misma alma”(Hech. 2,42.47) , una misma familia, un solo proyecto, una sola organización, hasta el punto que todos nos sintamos a gusto en esta familia, que cada uno sienta que tiene un lugar, y que sabe donde esta caminando y lo que esta recibiendo y aportando, que se sienta haciendo un camino donde esta creciendo y se esta realizando, que se sienta que esta siendo acompañado en su proyecto de vida personal y comunitario y asimismo no este pasando por necesidades, tanto materiales, como espirituales, por eso hermanos, es bueno que todos sintamos esta familia como la nuestra, donde pasamos momentos de alegría y gozo, momentos de luz y oscuridad, dolor y tristeza, muerte y resurrección, pero es todo este caminar el que nos hace sentirnos cada vez más en Familia.
Aunque a veces nos parezca que estamos lejos del ideal podamos decir como San Pablo: “Olvidando lo que deje atrás, me lanzó hacia la meta” (Filip. 3,13)

FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO
20-26 de Febrero 2011
Pre-pascua: 5-8 Marzo 2011.
Facebook: Verbum Dei – Barquisimeto
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domingo, 13 de febrero de 2011

PAUTAS: EL CRECIMIENTO EN LA FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI

Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles… Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad de los creyentes (Hech. 2,42.47) 

LUNES: DIOS ME DA A CONOCER UNA FAMILIA

Antes de encontrarte Señor, nuestro mundo estaba mucho más vacío, mucho más sólo, era más pesada la vida o quizás no tenía la profundidad que tiene ahora. Los amores me hubiese gustado que fueran más estables, más sinceros, más… pero por alguna razón no lo eran. Cada uno de nosotros buscábamos tu amor, buscábamos una amistad sincera, alguien que pudiera responder en medio de un mundo y una sociedad hostil en donde falta la familia, en donde se rompen muy fácilmente los lazos.
Por esto cuando Jesús sale al encuentro de los discípulos tiene una intención muy clara: la amistad. No basta encontrarse con Él,  Él desea ardientemente forjar una amistad con ellos que no tenga fin. Desea quedarse como el BUEN AMIGO que no puede separarse del camino de sus discípulos. Es el Buen Pastor que viene junto a nosotros (Sal 23) para que tengamos vida y vida en abundancia (Jn 10,1-18).
                Compartir un camino de amistad con Jesús, codo a codo, es don y tarea de toda una vida. No se logra encontrándonos un solo día con El. Se requiere mucho trato y conocimiento hasta llegar a ser El.
Para esto se nos ha presentado en una Familia Misionera a través de un misionero, un apóstol cautivado por él o incluso a través de un amigo(a) que iniciaba en este camino. Y esta amistad no sólo es con él sino entre los miembros de esta FAMILIA, una amistad que vaya más allá de la simpatía o del que “me cae bien”  ES UNA AMISTAD BASADA EN LA FE Y EN EL AMOR  que cada uno le tenemos a Jesús de Nazareth.
                Necesitamos, como los discípulos, no sólo aprender a reconocer a Jesús desde la fe, sino también escucharle, guardar su palabra, compartir su ilusión y profundizarla, llevando a cabo su proyecto de hacer de toda la familia humana "un solo rebaño" que se rija por "un solo pastor" (Jn 10,16). Una FAMILIA UNIVERSAL.
Gracias, mi Buen Amigo, por invitarme a participar de esta Familia Misionera, gracias porque deseas que yo busque a otros para que conozcan esta Familia (Lc 15,3-7) y quieres hacer de nosotros una Familia Universal

MARTES: DIOS ME INICIA EN UNA FAMILIA

Jesús como nuestro guía y pastor nos pone un lugar concreto en esta Familia, no sólo me ha atraído a ella a través de una persona concreta él quiere que yo tenga un lugar aquí, que pueda crecer en este lugar, donde muchos le conocen y tienen experiencia de él. Me inicia haciéndome sal y luz de otros, queriendo que lo que voy recibiendo pueda ponerlo en la mesa que alumbre a todos. (Mt. 5, 13-16)
                “La sal que precisa nuestra tierra y la luz que necesita nuestro mundo de hoy es vernos unidos todos en el mismo Amor de Cristo, no formando sino un solo corazón y un alma sola, a imitación de la primera comunidad cristiana” (J. Bonet), formando una Familia de Amor, en donde los que estamos seamos parte de ella con el corazón, la mente y las fuerzas.
                Nuestra identidad más profunda, por la que Jesús ha dado la vida es la de hacer de todos los hombres una sola Familia; que podamos ser testigos de que Dios reúne entorno a Sí y a su Palabra a personas de distinto estado de vida, raza y condición social sin diferencias ni acepción de personas.
                Las divisiones en nuestro mundo: el racismo, la violencia, las guerras, etc. son fruto de la falta de conocimiento de Cristo (Cf. Os. 4, 6) de un pueblo que muere y mata por no reconocer en cada hombre un hijo de Dios y un hermano; por ver al otro como un estorbo o un rival, pero no como un hermano.
                Nuestra sociedad cambiará de raíz cuando dejemos que Dios ilumine por medio de su Palabra nuestra mente y nuestro corazón y nos haga, no de apariencia, sino profundamente fraternos: “Arrancaré de ustedes el corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (Ez. 11, 19), capaz de amar. Cuando seamos capaces de cómo Él jugarnos la vida por la justicia, por la verdad y por la fraternidad.
                Sólo si una persona se encuentra  con Jesús en una Familia de amor, que lo siga dentro de ella y encuentre su lugar allí, se podrá transformar esta sociedad, el ambiente de división en ambiente de fraternidad. Una persona sensible y obediente a la voz de Jesús como María Magdalena: “Anda y dile a mis hermanos que subo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes” (Jn 20, 17)     
                Que hoy escuchemos de ti este mismo mandato de anunciar a todos que Dios es nuestro Padre y todos nosotros somos hermanos, que todos podemos ser parte de una Familia Universal.

MIÉRCOLES: DIOS ME FORMA EN UNA FAMILIA

“Ante la realidad palpable de una humanidad dividida y de corazones rotos y vacíos por la ausencia del Amor y Vida divinos, nos urge la caridad de Cristo… en corazones integrados y libres, llenos del Espíritu de amor, y a ofrecer un pueblo de hermanos congregados en Uno, sólo por el amor de Cristo.” (Const. Verbum Dei # 50.)
Descubrimos en nuestro mundo, la carencia del Amor verdadero, de sinceridad, de coherencia, y queremos como seguidores tuyos transformar este ambiente en un ambiente de Reino. Pero para esto necesitamos que nuestra vida sea coherente, que sea testimonio de este amor que tú nos regalas, que podamos poseer ese corazón integrado y libre; necesitamos entonces formarnos. Lo único que responde es el Amor que no tiene límites de paciencia, de esperanza, de generosidad. Pero también sabemos que no nos es posible amar así si tú no nos enseñas, si no nos capacitas, por eso también nosotros estamos sedientos de ti. Se tú nuestro maestro, no de teorías, sino en la práctica, en nuestro diario vivir: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios de mi vida” (Sal 42, 2), del Dios que nos enseña a amar en la vida. En esta familia, a través de los hermanos tú me enseñas a amar y forjas mi corazón, dejarme conducir en esta familia es mi primera lección, ayúdanos a ser humildes y a ponernos en tus manos a través de las manos frágiles de la Familia Verbum Dei Barquisimeto, para que nos transformes como el alfarero. (Jer. 18, 1-6)
El secreto de una persona que ama mas allá de sus límites es que se deja amar por Jesús es este amor que rebasa todo límite. Sólo la experiencia del Amor de Dios nos capacita para amar.
Así has capacitado tú Jesús a todos tus discípulos y eso quieres hacer con nosotros. El amor que perdona y devuelve la dignidad como a aquélla pecadora del evangelio, que al encontrarse con tu mirada es capacitada para no volver a pecar (Cf. Jn 8, 3-11);
La vida fraterna no es fácil, está llena de retos y dificultades: hay que aprender a vivir desde la fe y dar soluciones prácticas a las diferencias propias de nuestra condición humana: somos limitados, nos impacientamos, tendemos al egocentrismo, a ver nuestras necesidades antes que las de los demás, y esto parece que complica nuestra relación con los otros y nos hace dudar de que se pueda plasmar el Reino. Pero este es precisamente el testimonio que necesitan ver nuestros hermanos y nosotros mismos para creer que el Amor y la fraternidad son fruto del Espíritu Santo y no se pueden vivir sin la gracia de Dios: “Mi gracia te basta, pues mi fuerza se muestra perfecta en tu debilidad” (2 Cor. 12, 9)

JUEVES: DIOS ME INVITA A SER APÓSTOL EN ESTA FAMILIA

En un tiempo determinado he experimentado tu llamada Señor a estar más cerca de ti a poder encargarme de otros, tú me has escogido especialmente en medio de esta Familia donde me has puesto. (Mc. 3,13-14).
Después de un camino me doy cuenta  que no me has elegido ni por mis cualidades, ni talentos ¿Qué garantías te puedo ofrecer yo? fuiste Tú quien me elegiste gratuita y amorosamente, no yo quien te elegí a Ti. A nivel del mundo para cualquier trabajo o car­go importante se pide la hoja de vida y cualidades especia­les. A Ti, para esta misión de vida eterna ¿qué te puedo presentar? "No soy digno de que entres en mi casa".
                Así pues las cualidades del apóstol no son algo que se deba poseer para ser lla­mados o enviados, sino las actitudes con que agrade­cemos el haber sido llamados, "po­niendo cada vez más empeño en afianzar nuestra vocación y nuestra elección" (2 Pe 1,5-11). Quien no pone en juego aquí todo su ser es que es "ciego y corto de vista", si te has gastado y desgastado en lo que es basura, ¿no lo vas a hacer ahora por el au­téntico tesoro­? Las joyas de fantasía sólo te sirven para aparentar pero no para ha­cer­te rico. La apariencia de una vida evangélica y la aparien­cia de una evangelización no te ha­rán auténticamente fe­liz, andarás como quien tiene nombre de vida pero estás muerto (Ap 3,1).
                El apóstol ha de vivir en un esfuerzo continuo por ser auténtico, limpio y sa­crifi­cado, esta es la fuente secreta de su invariable ale­gría. Optar por Cristo y por el Evangelio, por esta Familia que Dios me ha dado, en la que he podido escuchar la llamada de Él y en donde estoy recibiendo mi formación.
                Como Familia de Dios, oramos no sólo para que Dios sacie nuestra sed de amor y compañía sino por que Dios ve detrás de nosotros todo un pueblo que todavía no le escucha y a quienes quiere llegar a través de nuestra vida, quiere que seamos apóstoles de ese pueblo. Detenernos a saborear la Palabra y el Amor de nuestro Dios nos capacita para amar de la misma manera a los demás. Contemplar un amor entregado hasta la cruz por cada uno (Cf. Gal. 2, 20) nos hace querer reproducir la misma talla de amor de Jesús. Necesitamos primero, tus amigos, dejarnos amar por ti por que sólo teniendo este amor podemos darlo, sólo el que tiene la vida, la da en abundancia (Cf. Jn 10, 10), sólo el que comulga con Cristo se responsabiliza de la Vida Eterna de todos sus hermanos.
               
VIERNES: DIOS ME INVITA A SER FORMADOR EN ESTA FAMILIA

Tú Señor tienes una perspectiva muy grande con esta Familia y con mi vida en ella, quieres que mi crecimiento no se detenga, que pueda ir desplegándome humana y espiritualmente. Pero este crecimiento espiritual y humano también implica un crecimiento en RESPONSABILIDAD; faltan muchos obreros para tu mies. (Mt. 9, 35-38).
La formación de discípulos y apóstoles en la Iglesia no es cuestión solamente de instruir con dogmas y métodos de apostolado eficaces. Se trata de imprimir en el discípulo los mismos sentimientos y pensamientos de Jesús: su intención, método, entraña y urgencia por llegar a todos los hombres. Enseñar a orar con el mismo amor y compromiso de Jesús con el Padre, a vivir con su misma pasión sus caminos y anunciar con la misma eficacia su Palabra. Pero al formador no sólo lo llamas a que haga este proceso en su vida, a que se deje formar sino que pueda acompañar este proceso en otros, que pueda ser guía de los que le confías en esta Familia ¿Será que me llamas a formar a otros? ¿Será que puedo encargarme de otros apóstoles que inician?
                No hay otro método de formación que la que aplicó Jesús con sus discípulos: orientar su vida a la experiencia diaria de muerte y Resurrección yendo él mismo por delante, la fecundidad apostólica no radica en los talentos y capacidades del discípulo sino en la calidad de seguimiento personal a su Maestro que se entierra cada día como el grano de trigo, que entrega la vida y muere para dar más fruto (Cf. Jn. 12, 24-32). Tú me llamas a ser relevo tuyo en esa misión de ser Maestro.
                Tal será el punto de vista del apóstol y discípulo de Cristo, del que forma y del que es formado: dejar todo, a todos y a nosotros mismos para poner los ojos fijos en Jesús, que es nuestra meta y corona (Cf. Heb. 12, 1-4)
                Acompáñanos, María, llévanos por los caminos de Jesús para que nuestra dedicación a la Palabra no sea pura apariencia sino sincera para que de frutos de vida Eterna.

SÁBADO: DIOS ME CONFIA A TODA SU FAMILIA.

Es un compromiso este proceso de crecimiento que estamos experimentando esta comunidad, en esta Familia, desde que conocimos al Señor hasta las llamadas específicas que hemos experimentado porque en la realidad es que todos los hombres, desde el bautismo, sin importar estado de vida, sexo, raza o condición, estamos llamados y capacitados para evangelizar y vivir desde donde Dios nos coloca la misión de Jesús. Los primeros que le conocemos somos nosotros que oramos y estamos cerca de él. Tenemos un don grandísimo que llevar a otros.
                Es el Espíritu Santo quien nos va capacitando para vivir con fidelidad nuestra misión como cristianos y lo hace a través de estos diálogos intensos, afectivos y prolongados con el Padre, sólo desde ahí entendemos la urgencia de la misión, cuando sus preocupaciones son las mías, su tristeza frente a tantas personas que sufren por falta de conocimiento (Cf. Os 4, 6) es también mi tristeza, su alegría al encontrar al que estaba perdido, también es mi alegría (Lc. 15, 5).
                El deseo de Dios es que sigamos creciendo y para poder crecer es necesario afianzarnos nosotros, afianzar a la Familia, poner las bases y las estructuras a través de las cuales podemos seguir creciendo. 

FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO
13-19 de Febrero 2011
Pre-pascua: 5-8 Marzo 2011.
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