jueves, 7 de octubre de 2010

EN EL SUFRIMIENTO HAY UNA RESPUESTA

Esta semana he estado orando la realidad de mi propio sufrimiento, de mis heridas y de mis dolores. Quizás un poco influido por el retiro que hicimos en la casa de la Porciúncula, el cual me iluminó o destapó cosas en mi vida que era necesario trabajar:  heridas, resentimientos y dolores de mi historia y de mi pasado.
Otro aspecto que me llevó a orar este tema fue las lecturas de la liturgia al principio de semana; las citas eran sacadas del libro de Job, este cuenta la historia de un hombre que era un buen siervo de Dios, tenía una vida tranquila y con muchas cosas solucionadas: ganado, casas, hijos, esposa, nietos, terreno sembrado. En resumen era un hombre realizado, pero un día el demonio quiso probar la fe de este hombre y pidió permiso a Dios para hacerlo; el maligno quería probar si la fe de Job no estaba sustentada en que Dios le había proveido de todo y que por tanto no tenía razones para quejarse ni renegar de Él.
Job fue entonces probado por el maligno y toco sus bienes, su familia y su propio cuerpo; en la vida de Job se abrió una interrogante ¿Si Dios es bueno porqué me suceden cosas malas? Unos amigos intentaron responder a esta pregunta y su respuesta fue: porque tú o tus padres han hecho algo malo (esta era la respuesta tradicional judía); es decir Dios te castigó. Pero Job sabía que él era un siervo fiel a Dios y no aceptaba esta respuesta.
Hoy nos hacemos la misma interrogante cuando nos sucede algo malo ¿por qué me pasó esto a mí? ¿Será que Dios me está probando, me estará castigando o en realidad Dios no existe y estamos sujetos a eventos del azar? Muchas personas intentan responder a esta interrogante pero por extraño que parezca ninguna respuesta es satisfactoria; ni la religiosa, ni el sacerdote, ni los amigos, ni nuestra mamá nos dan una respuesta que consuele nuestro corazón. Es lo mismo que pasaba con Job, él no aceptaba aquellas respuestas de sus amigos no porque fuera incrédulo sino porque había algo dentro de su corazón a lo cual esas palabras no respondían.
Un día Job recibió unas palabras no de sus amigos sino del mismo Dios, están en Job 38, 1-10.
¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Indícalo, si eres capaz de entender.Quién fijó sus medidas? ¿Lo sabes acaso? ¿Quién tendió sobre ella la cuerda para medir?¿Sobre qué fueron hundidos sus pilares o quién asentó su piedra angular,mientras los astros de la mañana cantaban a coro y aclamaban todos los hijos de Dios?¿Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del seno materno,cuando le puse una nube por vestido y por pañales, densos nubarrones?

Estas palabras qué quieren decir ¿cuál fue la respuesta que recibió Job?, la respuesta fue que Dios es más grande de lo que cualquiera de nosotros podamos entender y que hay muchas cosas como el mar, el origen de la vida, los vientos, la luz; muchas cosas que se escapan de nuestro control y una de ellas es el sufrimiento humano, nuestro propio dolor. No fue por castigo de Dios o por capricho divino, simplemente son hechos que ocurren en la vida humana.  
Lo que más me sorprende de este libro es el resumen que Job hace de su propia experiencia de sufrimiento:
Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos.
Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza.
Esta respuesta me impacta porque lo que satisfizo a Job no fue una gran iluminación, porque la respuesta es muy sencilla, en resumen es tú no lo controlas todo; lo que sí llenó su corazón fue que Dios mismo se dirigió a él y respondió a sus inquietudes. Creo que ésta es la enseñanza principal del libro, aunque hayas sufrido mucho y aunque hayas perdido la fe hubo algo que fue estable y eso ha sido Dios, Él siempre ha estado en tus sufrimientos, en tus dolores, en tus heridas, no se ha desentendido de ti en esos momentos y conoce todo lo que has padecido. Ahora quiere darte una respuesta con sus propias palabras, con su propia voz.
Ciertamente utiliza algunos intermediarios, pone medios; tales como: los misioneros, sacerdotes, amigos, religiosas, psicólogos, etc; pero lo que más conecta con tu corazón es su propia voz su propio amor... Por eso no te desanimes no dejes de orar porque en las situaciones más difíciles el Señor te quiere consolar y regalarte su amor.
Parece que sólo con una experiencia muy fuerte donde perdemos todas las seguridades materiales, donde no nos quedan personas queridas y a veces ni siquiera salud es donde nos damos cuenta que realmente lo fundamental es el amor de Dios. Es donde valoramos lo realmente necesario... Quizás sea lo único positivo que se pueda sacar de estas experiencia pero que son inseparables de nuestra vida humana tan frágil, tan pasajera, tan pequeña...
Por eso pide su amor, pide escuchar su voz, pide encontrarte con Él... es seguro de que te escuchará... Lucas 11, 9-13
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan».

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