lunes, 28 de febrero de 2011

USTEDES SON DE LA FAMILIA DE DIOS (Efesios 2,19)


Al comenzar esta semana seguimos profundizando en las bases que sostienen la organización y consolidación de esta realidad que hemos recibido por puro amor: la Familia Verbum Dei. Nuestro nombre propio nos ayuda a acercarnos a lo que profundamente somos: una familia. Una familia cimentada en la Palabra de Dios (Cf. Ef. 2,19). Una familia donde se ora y se enseña vivencialmente a orar, esa es nuestra comunidad: una familia, y por ello vale la pena profundizar nuestra esencia.

LUNES: verbum dei como familia de dios

El Verbum Dei es una forma nueva. Una forma nueva de ser iglesia que ha recibido un regalo del Espíritu Santo para la humanidad. Una humanidad que se va perdiendo en el hacer,  olvidando lo principal lo que es. Muchas estructuras surgen del hacer y por tanto las relaciones se vuelven funcionales perdiendo la riqueza del estar como hermanos de fe, de ser familia.
Esta inquietud la manifiestan los obispos de África frente a sus comunidades:
El Sínodo no sólo ha hablado de la inculturación, sino que también la ha aplicado concretamente, asumiendo como idea-guía para la evangelización de África la de Iglesia como Familia de Dios. En ella los Padres sinodales han reconocido una expresión de la naturaleza de la Iglesia particularmente apropiada para África. En efecto, la imagen pone el acento en la solicitud por el otro, la solidaridad, el calor de las relaciones, la acogida, el diálogo y la confianza. La nueva evangelización tenderá pues a edificar la Iglesia como Familia, excluyendo todo etnocentrismo y todo particularismo excesivo, tratando de promover por el contrario la reconciliación y la verdadera comunión entre las diversas etnias, favoreciendo la solidaridad y el compartir tanto el personal como los recursos de las Iglesias particulares, sin consideraciones indebidas de orden étnico” (Cf. Ecclesia in Africa. Nº 63 )

MArtes: familia de acogida

Ser familia es entrar en la realidad de una comunidad que se ejercita en un corazón que brinda acogida, es decir que brinda recibimiento, hospitalidad, que ofrece a una persona un lugar un ambiente donde hay aceptación de todos sin distinciones de ningún tipo.
San Pablo lo recuerda a sus comunidades de fe: Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios” (Romanos 15,7)
Preguntémonos hoy: ¿Siento en mi comunidad de fe este ambiente de acogida? ¿qué pido? ¿qué me invita Dios a  poner?

Miércoles: familia de diálogo

En una familia la acogida se va apoyando en otra actitud: el diálogo. ¿Cuánta riqueza, libertad y ánimo surge de un diálogo sincero de corazóna corazón? El diálogo no es sólo de ideas es de afectos, es integrador pues considera la persona completa, pues toda ella es importante.
En la familia cada persona es única y está puesta para bien de una comunidad. Señor ¿Cuándo dialógo en comunidad? ¿espero estar al borde de estar para hablar y esponer mi situación, ideas y sentimientos? Señor ayúdanos a recordar estas palabras: “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección” (Colosenses 3,12-14)

jueves: familia de confianza

Ser feliz en una familia tiene mucho que ver con la confianza, una confianza que me introduce en la sencillez del  trato habitual y en el conocimiento profundo del otro. La confianza me ayuda a ser yo, con toda naturalidad y desenvoltura, no ser lo que otros quieren o creo que quieren que sea. ¿En la comunidad experimento confianza?¿me siento libre de expresar ideas y sentimientos? Sinceridad es el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza” (Gálatas 5,22)

viernes: familia al calor de las relaciones

El Verbum Dei como familia de fe hace visibre el amor: “Amense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos” (Romanos 12,10) Un amor que ve posibilidad y donde hay un ambiente de muchas personas que enre si ponen todo lo que tienen: sus dificultades y problemas pero también sus esfuerzos y capacidades.
Pablo a su comunidad de Roma le hace conciente de ese ambiente de familia, donde hay muchas experiencias compartidas no ha distancia sino labradas en el día a día. En la carta a los romanos capítulo 16 nos dejas Señor una forma cálida de relacionarnos donde lejos de funciones hay personas, hay nombres, hay historias:

Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencreas, para que la reciban en el Señor, como corresponde a los santos, ayudándola en todo lo que necesite de ustedes: ella ha protegido a muchos hermanos y también a mí.  Saluden a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa. No se olviden de saludar a mi amigo Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María, que tanto ha trabajado por ustedes; Andrónico y a Junia, mis parientes y compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que yo (…)Saluden a Rufo, el elegido del Señor, y a su madre, que lo es también mía (…)En todas partes se conoce la obediencia de ustedes, y esto me alegra; pero quiero que sean hábiles para el bien y sencillos para el mal (…) También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la ciudad y nuestro hermano Cuarto (…) ¡Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad”

sábado: familia de solidaridad

Una familia que vive la acogida, el diálogo, la confianza y el calor de las relaciones es una familia que puede vivir profundamente la solidaridad, una soldaridad que nace de sentir como mías las alegría y las tristezas de aquellos que Dios ha puesto cerca de mi. No es con imperativos de orden lógico que nace la solidaridad, pues esta nace del amor.
La solidaridad en las necesidades formativas, económicas, en los servicios de la comunidad es la concreción de un amor que se vive:  “Nosotros, los que somos fuertes, debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no complacernos a nosotros mismos. Que cada uno trate de agradar a su prójimo para el bien y la edificación común. Porque tampoco Cristo buscó su propia complacencia, como dice la Escritura: "Cayeron sobre mí los ultrajes de los que te agravian". Ahora bien, todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús. Para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 15, 1-6)

FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO
28 febrero- 5 de marzo 2011
Pre-pascua: 5-8 Marzo 2011.
Facebook: Verbum Dei – Barquisimeto
0251-2737625

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