lunes, 21 de febrero de 2011

YO ESTOY EN MEDIO DE LA FAMILIA, COMO EL QUE SIRVE (Lucas22, 27) “Hagan ustedes también lo mismo” (Juan 13,15)



LUNES: Jesús SABÍA que DEL PADRE HABÍA VENIDO Y AL PADRE VOLVERÍA
En este momento, que grande sería que cada uno reconozca su Proyecto personal de Vida, como un Proyecto que ha salido de las manos del Padre (Juan 13,3), como el deseo del Padre de que nuestra vida tenga un rumbo claro, un hacia donde, unas áreas a trabajar, unos tiempos minimos establecidos, un horario, unas metas y prioridades, actitudes y valores internos a trabajar, todo esto sin desanimarnos, sabiendo que desde antes que nos planteeemos este Proyecto, Dios ya ha trabajado, ha invertido tiempo, dedicación, personas, padres, hermanos, familiares, amistades, profesores, etc, por eso sería bueno que en este tiempo nos paremos cada uno a reflexionar del Plan de Dios sobre nuestras Vidas, lo que ya hemos recibido y tenemos, como dones y talentos, y lo que aún nos faltaría caminar.
Y como Familia, queremos que personal y comunitariamente podamos mirar y orientar nuestra vida, hacia donde Dios mira, hacía el Plan de Dios, hacia lo que él ha deseado y ha soñado con nuestra Familia Misionera, por eso les invitamos a que juntos reconozcamos el Paso de Dios en todo este camino recorrido, por ello la historia es muy importante, para ver los pasos que se han dado, lo que tenemos hasta el día de hoy, lo que hemos logrado alcanzar, nuestros aciertos y desaciertos, luces y sombras, y luego a través de los signos que Dios nos da, orientar y reorientar nuestro caminar hacia el sueño que Dios tiene con nuestra Familia.
En este momento como familia reconocemos, que según el proceso ciclico que lleva todo movimiento de inicio, configuración y expansión, notamos que hemos propagado la fe, hemos crecido, y por eso mismo tenemos la necesidad primordial de configurarnos, es decir crear unos cauces de comunión en bien de la misión que se nos confía, para así poder expandirnos de manera armónica y organizada, con unos objetivos bien claros y con unas temáticas propuestas.

MARTES: JESÚS SE LEVANTO DE LA MESA (Juan 13,4)
Al iniciar nuestro Proyecto personal y comunitariamente, necesitamos poner en práctica esta actitud de levantarnos, de quitar el desánimo o pesimismo fruto de que ya lo he intentado otras veces y no hemos podido, necesitamos volver a mirar a un Dios que sigue creyendo y apostando por nuestra vida, un Dios que aunque la vasija de barro se haya roto, vuelve a empezar con nosotros, hasta hacer algo mejor que lo que había pensado hacer al principio (Jer. 18,1-6)
Que hermoso es ver a un Dios que vive pendiente de nosotros, creando y recreando nuestras vidas, un Dios que cuenta con nuestra libertad personal, contamos con un Dios que el mundo y nuestra vida no se le ha escapado de sus manos, aún cuando hubiera mucho de cizaña sembrada en nosotros (Mateo 13, 24-30), tenemos a un Dios que no se desánima, ni se arrepiente de habernos creado, sino que más bien, con ilusión espera el día y la hora que por amor a Él y a nosotros mismos, nos levantemos con la confianza puesta en manos de Dios, y nos decidamos a Amar, entregar nuestras vidas por el logro de nuestras metas personales y comunitarias.
En este tiempo Pascual venidero, conviene contemplar al Amor en sus caídas, cuántas veces cayo y cuántas veces por amor a nosotros, tuvo que levantarse al incio, durante y al final de su recorrido a dar la vida hasta el final, y todo para que en nuestras caídas aprendamos a levantarnos con Él.

MIÉRCOLES: SE QUITÓ EL MANTO (Juan 13,4)
En este gesto de Amor, Jesús voluntariamente se despoja de sus vestiduras (Filip. 2,7), de su investidura de Hijo de Dios, Rey y Señor, para tomar la forma de Servidor. Ante esto que diremos, se trata de aprender  a desprendernos de aquello que no nos deja ser y vivir en nuestra Familia Misionera, es un cambio de en nuestra forma de vernos, se trata de despojarse de ataduras, como la vanidad, las riquezas, títulos, honores, placeres, ocio, etc, se trata de abrirme a una nueva forma de ser y estar en la Familia y en medio del mundo, por eso “Effeta” (Mc 7, 34), ábrete, abre tu mente y tu corazón a una forma nueva de vivir, ábrete a servir en medio de la familia, quita de ti todo aquello que te condiciona, quita aquello que te ata, y no te deja compartir. No mires los compromisos que vas a asumir, ni el tiempo que vas a invertir, sino más bien mira, como todo lo que tienes y has recibido, aquellos dones y talentos, podrían estar al servicio de nuestra Familia Misionera, se trata de personas que amen a Dios y a nuestros hermanos, y se dispongan a servir con sencillez en nuestra Familia Misionera. Es muy distinto ver a un servidor desde su profesión de Ingeniero, Médico, Contador, desde su llamada a ser Discípulo, y Misionero, que se despoja de todo, para disponerse a servir. Conviene, por ello, contemplar a Jesús, que luego de ser despojado de sus vestiduras, le dan una capa de Rey (Mc.15, 17), que viene a ser el signo y resumen de la vida del Rey que nació en un pesebre, del Rey que entró a Jerusalén en un burrito, Rey cuando es tomado preso, cuando es golpeado y abofeteado, Rey cuando al final le despojan de todo y cuando muere en la Cruz, en definitiva por Amor, en toda su vida no le importó el que dirán, sino al contrario se despojó de su Ser Dios y dedicó toda su vida al Servicio de sus hermanos.

JUEVES: SE CIÑO LA CINTURA… Y SE PUSO A LAVARLES LOS PIES (Juan 13,5)
No basta despojarnos de nuestras vestiduras, sino disponerse a servir, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve (Lucas 22,27)
Cuántas veces nos cuesta disponernos a servir, orientar toda nuestra vida al servicio de Jesús que nos ha llamado, y al servicio de nuestros hermanos, se trata de disponerse, de ceñirse personal y voluntariamente sin que nos empujen, de mover nuestra voluntad hacia lo que Dios quiere, y lo más impresionante no es sólo que te pongas a servir, sino que te pongas como él lo hizo, a los pies de los demas (Juan 13,5), más que siervo, como un esclavo.
Que todas nuestras opciones personales y comunitarias, sean con el fin de disponerse a servir, por ejemplo si hago una maestría, un seminario, curso, o simplemente pago una suplencia, que todo sea con el fin de ponerme a servir a los pies de mis hermanos.
Servir desde los talentos y capacidades que Dios me ha dado, sin que ello me haga sentir mayor que los demás, servir con alegría en cada una de las responsabilidades que se me encargan, servir como opción de vida, servir siempre y en todo lugar.
Que grande es sentir, que el gesto del lavatorio de los pies, es una realidad que la puedes vivir para toda la vida, en una convivencia, en un retiro, en una escuela de la Palabra o de apóstoles, en tu casa, en la universidad, en tu trabajo. Servir la Palabra con todo mi ser y limpiar el corazón de mis hermanos, debería ser la Pasión de nuestra vida, al punto que cuando estes lavando los pies, te sientas que ya desde hace tiempo, estabas deseando compartir esta Pascua con ellos.

VIERNES: "¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?" (Juan 13,6)
La actitud de Humildad, no sólo se le pide al que sirve, sino también al que es servido, se le pide como a Pedro, que se deje lavar los pies, que se deje ayudar, y que quite actitudes de prepotencia o soberbia, que no estemos todo el tiempo diciendo que me va a decir este a mi, que me va a tener que enseñar, eso ya me lo sé, o también actitudes de no aceptación de las responsabilidades que se le dan a otro, diciendo todo el tiempo, ¿Porque no me lo dieron a mí?, a mi nunca me toman en cuenta, y muchas veces aportando negativismo y a veces comentarios que sólo llevan a la división.
En todo esto, hay que hacer un camino de aceptación de nosotros mismos, de lo que puedo realizar y de lo que no estoy en capacidad de hacer, sin que esto signifique ser mayor o menor que los otros.
En este camino es mirar a Jesús, que desde el principio de su vida, para venir a este mundo se hizo necesitado de una madre, y luego a sus 12 años cuando ya tenía conciencia de su Ser Hijo de Dios, se fue con sus Padres y continuo obedeciendo, más adelante cuando inició su misión escogió a 12, para luego confiarles el deseo de llegar a todos, y es más en el camino al calvario, se dejó ayudar por el cirineo, y en la misma cruz y la eucaristía siendo Dios se hace necesitado de nosotros y nos grita: Tengo Sed de ti (Juan 19,28), sed de personas que quieran y se apasionan por llevar mi extremo de amor a toda la humanidad.

SÁBADO: "Si yo no te lavo, no SERÁS PARTE MIA" (Juan 13,8)
El fin de lavar los pies y dejarse lavar los pies, entre unos y otros es entrar en un camino de comunión, de ser partícipes de un mismo camino, de estar de acuerdo con todo lo que en comunidad vamos proyectando, y así sentir como las primeras comunidades de los creyentes, “Que todo lo tenían en común, la multitud de los creyentes, tenían un solo corazón, una misma alma”(Hech. 2,42.47) , una misma familia, un solo proyecto, una sola organización, hasta el punto que todos nos sintamos a gusto en esta familia, que cada uno sienta que tiene un lugar, y que sabe donde esta caminando y lo que esta recibiendo y aportando, que se sienta haciendo un camino donde esta creciendo y se esta realizando, que se sienta que esta siendo acompañado en su proyecto de vida personal y comunitario y asimismo no este pasando por necesidades, tanto materiales, como espirituales, por eso hermanos, es bueno que todos sintamos esta familia como la nuestra, donde pasamos momentos de alegría y gozo, momentos de luz y oscuridad, dolor y tristeza, muerte y resurrección, pero es todo este caminar el que nos hace sentirnos cada vez más en Familia.
Aunque a veces nos parezca que estamos lejos del ideal podamos decir como San Pablo: “Olvidando lo que deje atrás, me lanzó hacia la meta” (Filip. 3,13)

FAMILIA MISIONERA VERBUM DEI BARQUISIMETO
20-26 de Febrero 2011
Pre-pascua: 5-8 Marzo 2011.
Facebook: Verbum Dei – Barquisimeto
0251-2737625

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